Si como muchos dicen, era una civilización de tiranos que dominaban el mundo o intentaban hacerlo de manera totalitaria, no tendría sentido ocultar esta situación. Quienes hubieran liderado esta rebelión serían considerados héroes y sus descendientes nos recordarían constantemente que gracias a ellos ahora somos libres, como sucede con el David hebreo.
Esta negación de lo sucedido significa que lo que haya pasado no fuera algo de lo cual sentirse orgullosos. Imaginemos que se vivía en un mundo en el que no sólo el tamaño, sino que el nivel de consciencia fuera mayor. Para poner un parámetro sobre el nivel de consciencia recomiendo el trabajo del dr David Hawkins, quien catalogó los niveles de consciencia desde el 1 al 1000, donde el 1 sería el ser primitivo sin prácticamente consciencia y el 1000 sería la divinidad o consciencia pura. Según él, el 78 porciento de la población actual calibra por debajo del nivel 200 que es hasta donde el ser humano es dominado por el egoísmo.
El egoísmo, la envidia y los celos tienden a destruir todo aquello que vea como una amenaza, por lo cual todo aquel que se encuentre muy por arriba del nivel 200 y pueda servir de inspiración a los demás es una amenaza para quienes están guiados por el egoísmo cuya única meta es el control. Por supuesto este es un tema muy extenso que estoy resumiendo de una manera muy pobre, aunque creo que alcanza para entender el concepto. Vasta con ver lo que le sucedió a Gandhi, Kennedy, Martin Luther King, Lennon o tantos otros que servían de inspiración para la elevación de la consciencia.
El punto es, que si en un momento de la historia, hubo un 20 por ciento de humanos de mayor tamaño y mayor consciencia que aspiraban a que la humanidad entera viviera de una mejor manera, en libertad, abundancia e igualdad, pero donde nadie tuviera poder ni control sobre los demás. ¿Cómo hubiera reaccionado el resto? Seguramente muchos se habrían dejado inspirar por estos principios, pero hubiera bastado con que un grupo pequeño pero con suficiente fuerza y con el anhelo de adquirir todo el poder, emprendiera una campaña de difamación que encendiera el egoísmo generalizado para que la rebelión se declarara.
Mi creencia es que esta rebelión que podría haber resultado en una masacre de humanos pequeños, ya que los Tartarianos no sólo tenían el tamaño sino la tecnología para hacerlo, forzó a aquellos hombres con una consciencia superior a tomar una difícil decisión: abandonar este plano. Estos seres habrían abandonado el planeta para dejar que la humanidad siguiera su propio camino, ya sin su intervención. Aquí les dejo un mensaje de la maestra y canalizadora Áditi, que puede aportar claridad al respecto.
A dónde fueron estos gigantes de Tartaria, las posibilidades son muchas. A quienes dicen que pasaron a otra dimensión, quienes afirman que tomaron sus naves y se fueron a otro planeta, y quienes explican que en realidad se retiraron a las entrañas de la tierra, tema que trato en mi blog de la tierra hueca. Ya les mencioné anteriormente que los griegos llamaban Tártaro a una parte del inframundo.
Cualquiera de estas posibilidades explicaría la escasa cantidad de huesos de gigantes encontrada. Simplemente porque no murieron aquí, sino que se fueron. También explica la facilidad con que los rebeldes lograron tomar el control, simplemente no tuvieron resistencia. Lo único que debieron hacer fue borrar el rastro de Tartaria para eliminarlo de la historia de la humanidad. Este es un tema que trato más a fondo en mi blog sobre el Gran Reseteo. Pero en el próximo punto les contaré lo que se cree que sucedió.
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