Son de público conocimiento tecnologías como la bomba atómica, capaces de borrar de la tierra ciudades enteras. Y alcanza con ver las escrituras sagradas de todas las culturas para darse cuenta de que esta no es una tecnología nueva, sino que se ha utilizado a través del tiempo para borrar ciudades enteras. El ejemplo más conocido es el de Sodoma y Gomorra, pero la Biblia también menciona a Adma, Zeboim y Bela. Todas destruidas por fuego venido del cielo.
Sin embargo la biblia no es la única que relata estos sucesos. Las escrituras hindúes relatan como la ciudad de Dwarka fue destruida por Vimanas, objetos voladores que lanzaron fuego sobre la ciudad. Este tipo de relatos lo podemos encontrar en distintas culturas, pero no es la única forma de acabar con una civilización.
La otra forma de borrar culturas enteras es a través de supuestos desastres naturales. En este sentido no hay tradición que no tenga su versión del diluvio. Un ser poderoso que envía aguas que inundan la tierra conocida dejando que sobrevivan unos pocos elegidos.
Ahora bien, todas estas tradiciones atribuyen estas catástrofes a una intencionalidad, no a un accidente natural. ¿Era un ser todo poderoso quien provocaba esto o antigua tecnología desconocida? Hay muchos que afirman que esa tecnología existe en la actualidad y se conoce como HAARP.
Esta tecnología que se encuentra en manos de organizaciones internacionales secretas, es capaz no sólo de generar y deshacer tormentas, sino de provocar terremotos y erupciones volcánicas. Por lo que la lista de ciudades históricas destruidas se incrementaría. Desde los muros de Jericó hasta la famosa Troya podrían ser ejemplos de lo que esta tecnología puede hacer.
Esto es lo que habría sucedido con las principales ciudades de Tartaria, habrían sido destruidas con tecnología de control del clima. La principal catástrofe utilizada fue el Mud Flood o inundación de lodo. Hay muchísimas pruebas de que inundaciones de este tipo sucedieron en todo el mundo. Dejando enterradas ciudades enteras o partes de ellas, sobre las quales se siguió viviendo, ya sea utilizando lo que quedó por encima del lodo o construyendo sobre ellas.
También hay quienes cuestionan la cronología histórica y afirman que en realidad las ruinas griegas y romanas no son tan antiguas como dicen y que pertenecían a la civilización de Tartaria. Pero hay registros pictóricos de ruinas que no se atribuyen a ninguna cultura conocida y que en la actualidad se las considera curiosidades o imágenes fantásticas de algo que sucedió sólo en la imaginación de los artistas, cuando en realidad podrían ser la crónica de lo que realmente sucedió.
Es así que sólo quedaron edificios aislados a lo largo y ancho del mundo que demuestran el esplendor de aquella época. A estos edificios simplemente se les cambió la fecha de construcción y se utilizaron para otros fines. Son aquellos edificios que se creen de principios del siglo XX o finales del siglo XIX que aparecen en el medio de la nada rodeados de barro y descampados sin gente alrededor que no tienen ninguna razón de ser en ese lugar y tampoco se explica como los construyeron.
Se podría hablar mucho más de este tema, pero considero que este es un buen resumen para que evalúes lo que crees saber de nuestra historia. En mi blog de gigantes encontrarás muchas evidencias relacionadas con este tema, y en mi blog del gran Reseteo comprenderás como han reescrito la historia para ajustarla a las necesidades de la élite dominante. Esperemos algún día saber la verdadera historia de la humanidad para comprender de donde venimos y hacia donde podemos ir.
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